Síntomas psicológicos de la diabetes temprana
La diabetes es una enfermedad crónica, responsabilidad del páncreas cuando no produce suficiente insulina (llamada diabetes “tipo 1”) o del organismo cuando no utiliza eficazmente la insulina producida por el páncreas, muchas veces como consecuencia del exceso de peso o la inactividad física (diabetes “tipo 2”).
El efecto es la hiperglucemia (o sea, el aumento del azúcar en sangre).
Existen algunos síntomas psicológicos que pueden darnos una pista de que algo no anda bien a nivel insulina, teniendo en cuenta que estos indicios sean de nueva aparición y no un rasgo de carácter propio de esa persona.
Son básicamente tres:
1- Fatiga continua, que podría significar que las células no están obteniendo adecuadamente energía para el buen funcionamiento del cuerpo.
2- Mal humor esporádico y repentino.
3- Síntomas similares a la depresión; ánimo caído y “pocas ganas” de hacer cosas habituales.
Hemos de prestar atención a que estos síntomas psicológicos vengan acompañados de otros de tipo físicos, ya que pueden darnos pistas seguras de que podemos estar gestando una diabetes temprana.
Ellos son:
Micciones frecuentes, incluso, que obligan a levantarse durante la noche; sed desmedida, con tendencia al consumo de bebidas azucaradas; aumento o disminución evidente de peso; hambre a pesar de comer; visión borrosa ocasional; cicatrización lenta de lastimaduras; pies entumecidos y finalmente, propensión a las infecciones del tracto urinario.
Las posibles consecuencias físicas no son un chiste: riesgo de enfermedad cardíaca, enfermedad renal, amputación, ceguera y otras complicaciones graves.
La mejor prevención son los análisis periódicos, que permiten detectar su inicio, lo que es fundamental para evitar que se vuelva crónica.