Personajes: Chavela Vargas
Chavela es una mujer épica, contradictoria y entrañable.
Un prototipo de esos seres libres, pero atormentados a la vez.
Era impetuosa, visceral y apasionada, para lo bueno y también para lo malo.
Era alcohólica y en ocasiones, violenta (al menos, de carácter) y toda su trayectoria artística se basó en su “saber hacer” de cantante mexicana. Pero… ¡Sorpresa! No era natural de México, sino de Costa Rica y tampoco se llamaba Chavela. Sus verdaderos nombres (porque tenía cuatro), eran María Isabel Anita Carmen de Jesús y se entiende que se rebautizara simplemente “Chavela”.
Tuvo multitud de admiradores, enemigos y enamorados que le declararon su amor, aunque su preferencia eran las mujeres (una de las causas que la empujaron a dejar su país natal con tan solo 17 años, repudiada por sus padres al ver sus ademanes masculinos).
Se le atribuyen compañeras sexuales tan exóticas como la diva Ava Gardner, la pintora Frida Kahlo y Alicia Pérez Duarte (su última pareja), pero pese a sus aventuras, declaró: “Yo quise y nunca me correspondieron”, lo que explica su inefable tristeza.
Cantaba rancheras enfundada en pantalones masculinos, jorongo (poncho mexicano) y pistola al cinto y no dudaba en enzarzarse en una pelea si así se cuadraba. Su carrera en tierras aztecas fue bastante modesta y tuvo muchos altibajos, hasta que luego de un silencio de 15 años, fue rescatada para el público español, en 1993, al actuar en la sala Caracol de Madrid. Arropada por famosos como Almodóvar, Rocío Jurado o Sabina, su estrella estuvo en ascenso hasta su muerte.
Una de sus facetas menos notoria es la de “chamana”, sacerdotisa de la etnia huicho, llegando a ser reconocida como sanadora, sobre todo, luego de la milagrosa curación de un niño con peritonitis, a orillas del mar.
Esta mujer excepcional nació en 1919 y nos dejó en agosto de 2012, con 81 años de edad.
El legado de su vida lo resume la película que lleva su nombre, basada en una entrevista realizada en 1991, tras salir de su alcoholismo tequilero.